Nace en Bucarest en 1889 y muere en EEUU el año 1974.
Siendo joven vivió en Viena, estudio medicina y allí, luego de la Primera
Guerra Mundial desarrolló sus primeros descubrimientos.
El clima intelectual, político y médico de la época constituyó un factor
determinante en su desarrollo: fue testigo de la caída del imperio austro
húngaro, conoció a Freud, Adler, Reik, Buber, Werkfel, Kokoschka, y muchos
otros intelectuales en la Viena de la post-guerra; fue contemporáneo de la
primera escuela psicoanalítica de Viena, la cual vivía junto a Freud su momento
de mayor esplendor dónde la palabra fue concebida como el vehículo más
preciado para llegar a la cura psicológica. Moreno formo parte de ésta escuela
como también del movimiento expresionista de la época, sin embargo se mantuvo
apartado de la corriente principal de cualquier escuela o grupo.
Sus primeros pasos fueron la búsqueda hacia las actividades grupales y
comunitarias, lo cual era una gran novedad para la época. Jugaba con los niños
en las plazas, e improvisaban historias. Ayudó a las prostitutas a defenderse y
fundar un sindicato. Intervino en la conformación de un grupo de refugiados de
la guerra, quiénes tenían dificultades para agruparse confortablemente.
Sus ideas implicaron entonces un gran desafío y fueron bastante
controversiales. Sus descubrimientos provocaron gran impacto y rechazo en
los centros científicos psicológicos: su propuesta era totalmente innovadora y
consistía en tratar a los pacientes en grupo en vez de aislarlos en el
consultorio privado. Y reemplazar el relato de sus dolencias por situaciones -
o escenas- dónde se las pudiera ver "in situ".
Sus tareas entonces se hacían siempre en grupo, en las calles o en las
plazas, con gente sencilla del pueblo y en especial con marginales sociales. Él
quería llevar la cura y su trabajo a donde estaba la gente: las escuelas, los
sindicatos, las plazas, los lugares de encuentro social. Para trabajar temas de interés
comunitario y educativo.
Luego comenzó con el Teatro de la Espontaneidad: las funciones
consistían en que la gente asistía a un teatro y en vez de presenciar una obra
teatral tradicional, contaban e interpretaban sus propias historias.
Desde entonces, comenzaron a sucederse cambios asombrosos entre los
participantes: el caso Bárbara fue conmocionante. Y es así como Moreno
descubre el efecto terapéutico de la acción. Su lema era: No lo diga,
hágalo.
Se dice que en su único encuentro con Freud le dijo: Dr., yo continúo
dónde usted termina: usted analiza los sueños, yo ayudo a soñar...
Pero la difícil tarea de desarrollar su teoría en esa Viena freudiana lo
hizo tener que trasladarse posteriormente a Estados Unidos, donde su método sin
estar absuelto de polémicas era mucho más acorde con la actitud pragmática de
los norteamericanos.
Allí profundizó sus conceptos esenciales: el encuentro, la
espontaneidad, la sociometría - referente a la teoría de las relaciones
interpersonales-, la teoría de roles, vínculo, etc. Posteriormente su
tarea se orienta hacia la psicoterapia y acuña el término psicoterapia
de grupo. Años después comienza a imponerse el psicodrama como
método terapéutico en grupos en todo el mundo.
Desde entonces, las técnicas se desarrollaron mucho en todo el mundo,
y Argentina y Brasil se transformaron, en América del Sur, en centros
especializados, encargados de la divulgación del método. Hoy, más de 80 años
después, nadie duda de su eficacia.
La filosofía y las teorías que Moreno desarrolló no son sólo fascinantes,
sino que presentan una mayor coherencia de la que el mismo le atribuía. Muchos
conceptos le han sobrevivido y son ahora parte del vocabulario psicológico y de
la era actual.
Moreno fue un visionario y un creador que ofreció a los seres humanos un
nuevo camino de autorrealización, camino que se origina en la espontaneidad y
la creatividad y que culmina en encuentros genuinos y satisfactorios. (J.L.
Moreno. “su biografía”, Rene Marineau, Extractos de Elena Noseda).